La Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (Binuh) urgió a redoblar esfuerzos para restablecer la paz en el país al reconocer la necesidad de avanzar hacia comicios creíbles.
Un comunicado divulgado por la misión política pidió a los actores “cumplir con sus compromisos de avanzar hacia el restablecimiento de la paz social y la organización de elecciones para el pueblo haitiano”.
Los esfuerzos para mejorar la seguridad en el país solo generarán un progreso duradero si también van acompañados de un progreso hacia la organización de elecciones creíbles, participativas e inclusivas, reconoció la Binuh.
En este período de gran incertidumbre y emergencia, la estabilidad política es necesaria para mejorar la situación general en el país, agregó el texto.
El organismo saludó los continuos esfuerzos de las Personalidades Eminentes de la Comunidad del Caribe (Caricom) al tiempo que llamó a todos los involucrados en la transición a desempeñar plenamente su papel para garantizar su éxito.
“Esto está de acuerdo con las aspiraciones, necesidades e intereses del pueblo haitiano”, remarcó el comunicado.
La Binuh reiteró además su firme compromiso de apoyar cualquier esfuerzo encaminado a restablecer la confianza del pueblo haitiano en sus autoridades, en completa libertad e independencia.
El país caribeño, sumido por años en una dramática espiral de violencia, experimentó en los últimos meses un repunte de inestabilidad que disparó las cifras de muertes y desplazamiento.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU contabilizó al menos cuatro mil muertes solamente en 2024 a causa de la violencia relacionada con las pandillas.
Esa inestabilidad provoca además índices alarmantes de violencia de género, incluida la violencia sexual utilizada como arma de terror mientras que las mujeres y los niños soportan una carga desproporcionada de la crisis.
Según esa entidad, el 94 por ciento de las haitianas desplazadas corren un mayor riesgo de sufrir violencia.
De acuerdo con la ONU, los niveles extremos de intimidación de las pandillas degradan todavía más la autoridad del Estado mientras la nación atraviesa por el tercer año de transición política tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.
